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jueves, 28 de enero de 2010

Gracias Pato!!


Esta es una breve y pequeña entrada de agradecimiento a una de las... cinco personas que leen este descargo semanal que es Mi Disyuntiva. Sí, las gracias a vos, Pato. Por tener la paciencia (¡Qué paciencia!) de leer las cosas que escribimos y nos mandan escribir y por si fuera poco te quedan fuerzas para comentar y sugerirnos cosas lindas. Visitamos el sitio que recomendaste y como habrás visto, estuvimos practicando algunas sugerencias. Nos gustó mucho de veras. Por eso, desde Mi Disyuntiva queremos mandarte un abrazo y dedicarte este post.
¡¡Gracias!!.

martes, 26 de enero de 2010

Ouch! otro golpazo.



Honestamente ya no comprendo nada. Hace exactamente 2 horas, ni más ni menos, la página inicial de este blog figuraba con un PageRank de 2. Ahora muestra un 0. Sí, ya sé que soy un cero a la izquierda, pero según aprendí en la escuela, cuando me enseñaron a contar, entre el CERO y el DOS hay OTRO número que se llama UNO, y que es muy, pero muy, requete muy difícil llegar a uno sin pasar por el otro primero. Honestamente Google, creo que me volviste a golpear. Bajo, burdo, ruin. Me volviste a pegar y otra vez me dolió. No me importa. No voy a ser un "editor golpeado". Renuncio a Adsense. No pienso arrodillarme ante tu populoso poder. Calificame menos diez, no me importa. Sé que al menos mi madre y otros dos me van a seguir leyendo. Sniffff!!!

El costo de .... ¿estacionar?

Una espeluznante historia ocurrida en el día de hoy en pleno centro de la ciudad.

No es ninguna novedad que la inseguridad no es una "sensación térmica". Es como la Matrix, cuando salís de tu casa, la respirás, la ves, la sentís, la percibís, en todo aquello que hacés. En algunos casos, podés pagar un pequeño precio por la "seguridad" de tu vehículo, pero en otros, como el narrado hoy, no te vale de nada. No sé si es tu caso, pero en nuestra ciudad pululan sujetos que cuando estacionás tu moto, enseguida te atajan el paso diciéndo te "¡te la cuido!", sí, no es una pregunta, es una aseveración, indicando que cuando vuelvas tendrás que pagar algo. No me parece mal, dado que es la única fuente de ingreso de algunas personas de bien (que bien identificadas están también) que lamentablemente no han conseguido un empleo. Pero hay otros... que ¡ay Dios mío!, ¡cadas caras! (y aromas!) que dan miedo. Parecen capaces de afanarte algo si no les tirás unos pesos. En mi caso en particular, como debo realizar algunas visitas técnicas, se me ha agregado un rubro llamado: "Estacionamiento".  Pongámonos a calcular. Un día promedio de cinco o seis servicios. Pongamos cinco. Son cinco estacionamientos. A $2 por estacionamiento (sin contar que algunos fantasmas te piden $5, no menos) son $10 en ese turno o mañana. Supongamos que a la tarde es igual, son $20 al día. Si repetimos la cuenta de lunes a viernes, me dan $100 en una semana. Si contamos que un mes tiene 4 semanas, tenemos 4 X 100= $400, ¡casi lo que pago por ADSL! ¡Pará un poquito.! ¡Y sólo conmigo! Y contando conque el parque de motos ha experimentado un crecimiento explosivo, ni hablemos. Esto nos lleva a la experiencia de hoy que da origen a esta disyuntiva. Estacioné en una esquina céntrica, a comprar unos insumos, y el tipo me tiró el clásico "Maestro, queda bien cuidada". "Ok" dije, sin mostrar mucho entusiasmo. El tipo tenía pinta de haberse escapado recién de la cárcel y estar ahí para hacer unos mangos ligero. Yo lo llevaría preso por la cara, pero acá no se permite llevar preso a nadie por feo (yo estaría adentro) ni por sucio. Calculá, apenas te llevan por ladrón.(Ese es ooootro tema.) Supongo que me habrá visto cara de no pagar, porque cuando vuelvo, antes de cruzar la calle adonde estaba mi super Winner, veo que el sujeto en cuestión empieza a caminar rápido, alejándose del estacionamiento, y mirándome por sobre el hombro cada tanto. Me subí a mi super Winner, y cuando arrancó, oigo un sonido a cosas flojas que dan miedo. Tenía el escape y un plástico casi sin tornillos. Se ve que el tío quería cobrar por mano propia. ¡Qué lindo! ¿no? No seas malo, con lo que ganás pidiendo te alcanza y sobra, loco. Debés ganar tanto o más que yo al mes, y encima ni IRPF pagás, así que es todo ganancia, man. ¡Dame un respiro!.

Dijera la China Zorrilla en "Esperando la Carroza": "¡¡ Qué paíiiiissss!!"

PD: Una y dos, armo las valijas y me mudo a la isla de Pascual!!!!!

martes, 19 de enero de 2010

¡Quiero el cyber - divorcio!

...véase como el episodio continuado de la carta antes publicada.

Se terminó. Y esta vez. No quiero más mentiras... bueno, corto acá porque no canto nada lindo. Aunque podría seguir para torturarte. Porque no das el brazo a torcer. Te dije que no estabas poniendo nada de tu parte y no me hiciste caso. Te confesé, en privado y en público, que estaba manteniendo una relación con un tercero, y no te importó. Luego te pedí el divorcio. Sí, yo, acá parado (en realidad estoy sentado, pero de pie en mis "convicciones") estoy diciéndote de nuevo, Google, que quiero el divorcio. Es cierto, ya te lo dije. ¿Y cómo respondés? "Sí, te lo doy, a condición de...".  Lo estás poniendo difícil, Google. El maldito formulario que querés que llene con cosas que ni en sueños recuerdo, es tonto. Es más fácil pegarle a un acertijo del Dr. Etchandy (Del tipo de "de qué color eran las medias del aguatero suplente en el Saroldi cuando River empató tres a tres con Bella Vista el 13 de abril de 1952") que a tus preguntas. ¿Cómo querés que me acuerde "cuántas impresiones se hicieron el primer" CONDENADO "día" en que me inscribí a Adsense?. ¡Fue hace años! ¡Apenas me acuerdo de lo que comí ayer! (creo que fueron... ¿viste? ya me olvidé!). Ah, no Google, no, esto no queda acá. Tengo un agridulce trabajo por delante, y es borrar tu código de cuanta página hice y administro. Y conste que no lo hago por los miserables 20 dólares que me debés y obviamente no querés pagar, no, esto no es por plata. Es por dignidad, es por honor, es por la afrenta de pedirte el divorcio y decirme NO. Ah, no Google, esto ahora es ciber personal. Y te lo repito... ¡quiero el ciber divorcio!

PD: ¿Y encima tenés la osadía de mandarme un mail diciéndome que soy "importante para vos como editor" y querés saber cómo me atendió tu personal? AARRRRRGGHH!!!!

jueves, 14 de enero de 2010

La pequeña estafa...



Sí, es oficial, a partir de hoy ¡odio los cybers!. Tomé una decisión. Si tengo que usar internet, voy a "viajar" hasta mi casita, por lejos que esté, pero de acá en más me niego a entrar en un cyber. ¿La razón? ¡Una estafa! ¿Millonaria? Ni mucho menos. Diez miserables pesos, pero no deja de ser una estafa, ¿o no?. Ya sé, me tengo que dejar de llorar pero ahora paso a detallar la "gran estafa", que sin estar a la altura de la maestría de George Clooney, Brad Pitt y su banda, o la de Mark Wahlberg, Chalize Theron y la suya, fue bien hechita. Hora 22:15. Lugar; Centro de la ciudad. Situación: entro raudamente al local, atendido por dos idi..., ejem, tipos con caras de ... bueno, eso mismo. Luego de estar ocupados ignorándome por unos minutos, uno de ellos arrastra la mirada de la pantalla ante la cual estaba idiotizado (¿sería un otaku?) hasta mí. Convengamos que no soy algo lindo de mirar, pero che, un cliente es un cliente, lo menos que podés hacer es mirarlo y preguntarle qué quiere. "¿Sí?" pregunta. "Quiero usar una máquina" digo. "Pasá a la máquina tal". Allá voy. Apurado. Digo, tenía poco tiempo de mandar un correo. La hora límite : 00:00. Estaba reiniciándose. Espero. Sigue en reinicio. Espero. Ahí arranca. Hace el POST. Espero. Ahí el cartelito de Windows. Sigo esperando. Un minuto, dos. Tres, y ahí veo el escritorio. Muevo el ratón y veo el infame cartelito que anuncia que voy consumiendo cinco pesos. "Bué, qué le vamos a hacer." pienso en forma conformista. Abro el MSN. Conectando. Espero. Error. Intento de nuevo. Conectando. Error. Abro el "Mochila" Firefox. No encuentra la página. Empiezo a quedar verde. Hago un ping rapidito a Google. Nada. Me levanto y voy en fija al mostrador. "Che, mirá que no hay Internet", le digo en forma de aviso y un tonito de queja. "Ah, no, no hay. Hace un rato que cayó la conexión". Un pensamiento único me vino a la mente ¿EL QUÉ? ¡¡Gracias por avisar cuando llegué!!. ¿Acaso hay gente que va al cyber a jugar al solitario? ¿Me vio cara de... que?. "Ah, ok, me voy entonces, ¿te debo algo?" pregunté a modo de cumplido, esperando la respuesta de "NADA" ante lo obvio, fui por un servicio y no lo obtuve. "Diez pesos", dice sin dejar de mirar su estúpido monitor en el que veía un dibujo animado. "¿Cómo?" pregunté sin entender. "Sí, diez pesos" repite en la misma postura. Se acabó. Me subió un calor hasta el copete, y muchas ganas de practicar aquel arte marcial propio de mis antepasados que consiste en patear al oponente cuando está en el suelo. Agarré la moneda y de mala gana la tiré sobre el mostrador. Cayó con la cara del General arriba. El odioso dependiente la agarró y guardó sin dejar de mirar el estúpido dibujito y sin decir "gracias" siquiera. Yo sí dije a media voz: "Gracias, muchas gracias por haberme ESTAFADO."

PD: Ya estoy acostumbrado a las estafas del gobierno en escala mayor. Pero estas chiquitas calientan igual.

domingo, 10 de enero de 2010

¡Tratar de conquistar el mundo!


En un oscuro laboratorio, dos ratones se preparan para poner en marcha la operación que les permitirá lograr su más preciado objetivo, un objetivo que haría las delicias de Bush, Obama, Sarkozy (se escribe así?), Berlusconi, Castro, Puttin, Hugo Chávez Frías, Kristina Kirchner (títere del Pingüino Kirchner)  la dominación mundial (No puse ningún uruguayo porque no podemos ni con nosotros. ¿TA?) Uno de ellos, llamado Cerebro es quien ideará meticulosamente el plan, mientras que su ayudante, el infradotado Pinky  (de quien en varios episodios vimos que a pesar de estúpido es malo también) será el encargado de casi echárselas a perder. La frase quedó, la pregunta de Pinky: "¿Qué haremos esta noche Cerebro?" y la impasible respuesta del susodicho "Lo mismo que hacemos todas las noches, Pinky. ¡Tratar de conquistar el mundo!". Nótese el mensaje subliminal del dibujito (JE, sí, estoy loco, encontré un mensaje en "Pinky y Cerebro", JA JA): Dos RATAS, sí, ratoncitos que están para experimentos, encerrados en una jaula en ACME Labs, sueñan con dominar el mundo. Se podría decir que muchos humanos tienen mucho de Pinky y Cerebro, no solamente los antes nombrados (no, esos son los ratones, me refiero a los presidentes y dictadores de más arriba.) sino otros homo casi sapiens que siendo unos "pobres ratoncitos de laboratorio", luchan y se afanan por dominar el mundo y tener más influencia en la región. Casos actuales, los latinoamericanos que están invirtiendo sumas increíbles en armamento. Chile, comprando escuadrones de aviones caza F-16 que EEUU está dando de baja. Brasil, que piensa comprar 5 submarinos, y tiene un contrato con Francia por aviones Rafale, incluso helicópteros. Colombia, firmando un acuerdo que permite a los Marines de Yankilandia acceso a 7 bases militares en su país. Y Venezuela, con su papagayo de camisa roja anunciando la compra de aviones Sukhoi rusos, además de un sinfín de armamentos... a Rusia. Evo Morales en Bolivia, gastará 98 mil millones de dólares en armamento ruso, después que EEUU frustró la compra de aviones L-159 a República Checa. (Fuente, Diario El País). Ahora, nosostros, uruguayitos en medio de tan grande polvorín, ¿qué vamos a hacer?. Miremos los hangares, tenemos 3 terribles A-37 del tiempo de la guerra de Vietnam, hechos pedazos. ¿Nos tenemos que armar un poquito mejor para estar a tono con la región? ¿para, como dice Chávez, "defender nuestra patria"? ¿O seguir desentonando? Es toda una disyuntiva, pero yo prefiero desentonar. Prefiero ser Pinky, y sólo preguntar "¿Qué vamos a hacer, Cerebro?".

Quéjese de su JEFE.


Y al final lo hicimos. Pero no voy a escribir yo. Hace dos años y medio (¡y contando!) que no tengo uno. Si tuviera quejas serían de mí mismo y eso ya me haría objeto de estudio permanente de un psiquiatra (o grupo de psiquiatras) en calle Millán 2515. Haciéndola cortita, me preguntó un amigo (no voy a seguir deschavando a la barra en este blog), "¿Por qué no hacés algo más interactivo?".
Yo contesto "¿Cómo más interactivo?" y contesta "Bueno, algo que la gente pueda escribir y expresarse". Ahí eché una rápida ojeada al número de comentarios en el último post: "0". Cero, zip, zuck, niente, zero, nada. Él lo mira también y sonríe ante la idea. "¿Más interactivo decís?" (Si no me dejan un triste comentario, o no me leen directamente). JE JE. En fin. Cedí a la idea. Lo siguiente fue el tema. O sea de qué escribir. Y ahí surgió. ¿Quién no tiene o tuvo uno? ¿Quién no tiene quejas de él? o ella. ¿Quién no quiere despotricar un poquito contra su JEFE? En fin. Ahí salió. La imagen del Sr Burns sirvió de ejemplo, el símbolo del jefe déspota, egoísta, egocéntrico, inhumano, propietario de una planta nuclear que arroja los deshechos en cualquier lado (y por mano propia y su fiel ayudante, Smithers). ¿Quién no tiene o tuvo un Sr. Burns o un Sr. Smithers de quien quejarse? Bueno, ahí abrimos el espacio. Cada comentario será un post. Para que sirva de terapia grupal, ¿viste?. Espero que sirva, sea útil, y que podamos decir "Excelente".

sábado, 9 de enero de 2010

Carta: Confesión de un cyber-infiel



Querido Google: Cuando apareciste en mi vida, no eras conocido ni apoyado. Tu sencillo portal de rápida carga me pareció ideal para ponerte de página de inicio en las muchas computadoras que arreglaba o nuevas que vendía la empresa en la que trabajaba. Acordate que acá nos conectábamos por módem, y la banda ancha era un sueño solamente. Pero te apoyé, yo y millones más en el mundo. Creciste y empezaste a dar servicios y prometer cosas. Me prometiste algo que siempre había querido: un espacio para expresarme y dar rienda suelta a lo que pasaba por mi cabeza. No sólo me diste ésto, sino más, una lista de 10 personas ya (Ver en "seguidores") que cada vez que escribo algo, lo leen. Algunos se ríen, otros se lamentan de lo mal que vamos (ojo, yo no represento ni la millonésima parte del país) y otros se entretienen dos minutos, pero en fin, los considero amigos, aunque no compartamos un almuerzo, cena (les saldría carísimo conmigo) ni un mate siquiera. No sólo eso, querido Google, sino que además hiciste un acuerdo conmigo, pondrías publicidad en este espacio y me pagarías comisión por eso (Google AdSense, fui reprochado por Pablito en comentario anterior). Como lo único que quería era expresarme, acepté sin poner mucho cuidado en la letra chica. Y el pago no aparecía. Varios sitios que diseñé mostraron tu publicidad, varias empresas, inmobiliarias, contadurías, hasta una peluquería, yo mismo la mostraba. Y el pago no aparecía. Mucha gente visitaba las páginas que afanoso creaba en un oscuro (era de noche, siempre lo hago de noche) estudio en horas de ... la noche. Y el pago no aparecía. La situación económica mundial cambió, hay crisis. Google, somos amigos, no tenés que explicármelo, soy uruguayo. Nuestra vida es una crisis económica. Y el pago no aparecía. Por todo esto, Google, tengo que confesarte que te fui, y te soy, y te seguiré siendo infiel. No es algo de la noche a la mañana, pero nuestra "relación" comercial se desgastó, ya no siento el mismo amor por vos. Sí, hay otro sitio entre nosotros. Perdoname, Google, pero es así. Y lo peor, no me siento ni arrepentido ni culpable. No, Google, no me paso clickeando publicidades estúpidas para ganar un dólar a la semana como Raúl, no Google. Esto es más serio, es con un competidor. No es algo como con Coguan. Sí, ya sé que recién está empezando, pero vos también fuiste chico un día, Google, como cuando te conocí. ¿Te acordás que en aquel entonces el competidor de Micro$oft era Yahoo!? ¿Y cómo se hablaba de "que lo hicieron dos gurisitos de 16 años" y de "cómo se llenaron de plata"?. Vos eras chiquito en aquel tiempo. Y yo apoyándote Google. Y entonces apareció él. Se llama Exponsor.





Él dice que no es como vos. Él me promete lo que vos no me das (¡plata! ja ja ja). Él no depende del humor variable de un visitante, o de si me visitan o no. Él me ofrece un pago fijo de 30 mangos por mes!, por darle permiso de usar mi espacio (ése que vos me diste), en vez de los 100 que vos ofrecés y nunca pagás. No Google, no es así la cosa. Estamos en crisis. Nuestra relación está muy desgastada. Ya no te amo tanto. Si estás de acuerdo en seguir así, yo con vos, y yo con él, bárbaro. Pero si me das a elegir entre él y vos, lo elijo a él. Sólo quería confesártelo Google, que supieras que te soy infiel. No estoy arrepentido, ni siento pesar, debe ser que ya no te amo tanto.
Sólo quería que vos y todos los amigos que frecuentan este blog también lo sepan. Para que si se sienten tan defraudados como yo de tu indiferencia, también te sean infieles. Sí Google, estoy promoviendo tus "guampas", que ellos también te sean infieles.


jueves, 7 de enero de 2010

Me taparon la boca...

Equivocarse es bueno. (No sé por qué, lo leí en algún lado, o lo escuché, ya ni me acuerdo.) En sí es señal de que uno es humano (recordarlo es importante, sobre todo para un programador. O un otaku. :D ) y real, no de ficción. También debemos dejar un poquito de lado esas costumbre arrogante que tenemos los uruguayos de inflar el pecho y mirar para otro lado cuando se prueba nuestro error. ¿Cuál fue mi error? Bueno, más que de uruguayo, fue de argentino, porque me fui de boca. (JA JA, ¿y quién no?). Creyendo que tenía razón en un tema que creía dominar bien, hice una ... ¿por qué no? apuesta. Todo empezó con uno de esas charlas que tenemos los uruguayos en una rueda de mate. Empezamos hablando de fútbol, seguimos por un poquito de religión, pasamos por la política, y ... llegamos a informática. Más concreto, Internet. Más concreto: La búsqueda que tenemos todos los uruguayos de la fórmula de vivir sin trabajar. (Daaaale, yo sé que vos también la estás buscando, no digas que no). Lo que en verdad me sacó de quicio fue la siguiente conversación:

Amigo: (chuiiiiiiiic!!! da el último sorbo al mate) -"..y cuando llegue al dólar, me pagan."

Yo: "¿El qué, la qué, lo qué?"

Amigo: "Sí, me pagan. Me depositan el dólar en Paypal."

Yo:"Andá a bañarte. ¿Estás trabajando para alguien.? ¿Qué hacés?"

Amigo: "No, para nadie, miro publicidad y hago click en los links. También me suscribo a ofertas."

Yo: "Pará un poquito. Vos ¿te creés que alguien en el mundo te va a pagar por hacer click en una página?" (La pregunta fue con un tono irónico sazonado con sarcasmo.)

Amigo: (Natural) "Sí. Comparten con vos lo que ganan por publicidad."

Yo: (Carcajada) "JA JA JA. No te puedo creer. Eso es todo curro. No pierdas tiempo con eso."

Amigo: "Es verdad. Nunca probaste ¿no? "

Yo: "No, muchacho, son todos unos estafadores, del primero al último"

PAUSA. YA PAGUÉ A JORGE BATLLE EL DERECHO POR USAR ESA FRASE.
SIGO.

Amigo:"Te juego algo a que es cierto."

Yo: "Lo que quieras, menos plata" (Nunca tengo, pero para un uruguayo esto no es novedad.)

Amigo:" No, ta bien. Pero si te gano, publicás mi enlace en tu blog."

Yo: "Hecho!!."

Amigo: "Anotate como mi referido " (especie de empleado) " y probamos. El que llegue primero le muestra al otro el recibo de pago".

La apuesta se cerró con un apretón de manos ante los testigos presentes. Y así comenzó el concurso, que como te habrás dado cuenta, perdí. (@##$¬€@@****!!!!).

Pero para que se sepa, el costo no fue sólo esta triste "pue-blicación", sino también de tres pizzas con muzzarella, dos Pepsi Cola de litro y medio cada una, y tres cervezas (para la barra que atestiguó, ¿vio?) Gracias que me convidaron.
En fin, pagando la segunda cuota de la deuda, acá publico primero el comprobande de pago de este payaso. Segundo, los enlaces en donde """"trabaja"""" este muchacho. (Nótese las múltiples comillas. Pasa que pulsar el ratón da un trabajo!!!)

Sin más preámbulos, con ustedes , las imágenes.

Primero el pago:












(Se tacharon los datos personales del sujeto. Pero, si sos un asesino a sueldo y cobrás poco, escribime y te los doy.)

Y acá dejo los enlaces. Hagan lo que quieran. Yo ya cumplí. ¿Contento?

Enlace uno.




Enlace dos.



Enlace tres.



PD: ¿Pensaste que iba a publicar toda la cartelería esa? No, querido. Estos tres y gracias. Los otros van por las pizzas y las cervezas que ya te tomaste. Suficiente.


Hasta la próxima disyuntiva.


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