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miércoles, 9 de noviembre de 2011

La de "Estamos en la B!"


Y vuelta Google a pegarme. Sí, pegarme. Me siento como el Tano Pasman cuando River bajó a la B. Estoy solito en este descargo que se ha vuelto un poco más lejano que semanal. Antes no me importaba, pero ahora sí, porque la maldita bajada de Pagerank ahora me tocó el bolsillo: Tendré menos ingresos por enlaces. Digo, no es mucho lo que ganaba, pero bueno, en fin. Dijera aquel tema de Vox Dei: "Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tieAñadir imagenne un final, todo termina." Y bueno, fue bueno mientras duró. Digo, tampoco ya le hago la guerra a Google. No. Eso terminó también. Es que descargué toda mi artillería pesada contra el gigante y .... no le hice nada. Ni se enteró de que existía. Ni siquiera planté la bandera blanca. Pero que en mí sigue teniendo un enemigo, tiene un enemigo. Por ahora, estoy a los gritos: "¡Nooooooo! ¡Estamos en la B! "

martes, 1 de noviembre de 2011

Historias de terror I: La del guardia siniestro.


Cada lugar tiene personajes característicos. El vago, ese que le dicen Conejo Negro, porque no hay mago que lo haga trabajar. Esos dos a los que le dicen "Fatiga y Cansancio", pero nunca distinguen cuál es cual, sólo que los dos son vagos al por mayor. El alcahuete, ese ser despreciable que está buscando un chisme para ir a contárselo al jefe. El acomodado, ese que tiene como dato más valioso en el CV el parentesco con el o
uno de los jefes. El diligente, ese que se pone la empresa al hombro (ojo, la empresa no es de él) y es un comodín: trabaja de lo que sea con tal de laburar. No, no es alcahuete, sólo es diligente. Bueno, y así tenemos varios de estos personajes (díganme ustedes si me falta alguno), la secretaria cabezahueca, el serruchapisos, el que va pero no a trabajar, hasta que llegamos al creído. No, no confundir con arrogante, porque el arrogante suele tener motivo para ser orgulloso. Éste no. Éste sólo CREE tener motivo para agrandarse, tipo Cerebro, ¿te acordás? Con planes de dominar al mundo cuando es simplemente una RATA. Bueno, casualmente me tocó cruzarme en un estacionamiento con uno de estos sujetos. Con el Creído, justamente. Yo salía de un comercio y rumbeaba al estacionamiento donde aguardaba mi Super Winner (no cambié la moto todavía) y ahí lo vi, uniformado, con su exuberante panza (duplicaba la mía) y sus patitas cortas (la mitad de las mías), contándole a un amigo sobre una supuesta aventura nocturna en la que ofició de guardia de seguridad. He aquí parte del diálogo:


Creído --" Y shí, loco, shí, vite, lo encaré porque yo taba re shalao ya y no la cortaba."
(No escribo con faltas, sólo trato que el lector pueda entender el tono y cómo hablaba)

Amigo --"¿En serio, loco? ¿Te animaste?"
Creído (Haciendo gestos ostensibles y exagerados con los brazos)--"Esh que no podésh dejarla ashí nomásh, entonshe fué que lo encaré firme, vite?".

Amigo --"¿Vos solo?"

Creído (Entrecerrando los ojos para tratar de creer su propio bolazo)--"Shí, loco, sho sholo nomá. Lo agarré ashí (gesticula) y le pegué ashí acá (muestra) y she sholtó y me tiró una patada ashí (muestra cómo) y sho lo eshquivé y le pushe la pata acá (muestra un sitio a pocos centímetros de la nuez de Adán)".

Estos hechos, dada la complexión y longitud de piernas del aludido susodicho, era FÍSICAMENTE IMPOSIBLE. Sí, como pellizcar un espejo. A todo esto yo estaba atónito, casco en mano, escuchano y mirando al tipo con cara de "Loco, ¿en serio te creés que hiciste todo eso?". Cuando de repente se sienten observados y me miran. El Creído con cara de querer darme parte de la salsa imaginaria que le pegó vaya a saber a quién. Me hubiera gustado verlo. Pero como andaba apurado... saludé, me reí y me fui, pensando... "Cierto, se viene Halloween. Debe ser un cuento de terror". Bueno, al fin y al cabo... DE TERROR sí que era.