Buenas. Tiempo sin escribir en el autodiario. Capaz un poquito asegurándome perder la terrible audiencia de dos o tres personas que leían este descargo. Hecho eso, habiendo limpiado los escombros de un venda... ¿va con v o b? bué, de un "huracán"... (escribo mientras se me ocurre, así como si estuviera hablando y reflexionando) hoy podría decirse que ... estamos un poquito más en orden. Y por "poquito" me refiero a "diametralmente opuesto". Es que cuando tocás piso, tocás piso, y no te das cuenta que tocaste piso. Sólo te das cuenta de lo bajo que estabas, cuando algún tiempo después, unos años... emmmm ¿cuántos van? no llevo la cuenta. Después de unos años hacés un recuento de lo que fue, lo que es, lo que será... y ves algo. Sí, que te diste a la divertida (ahora) tarea de documentar aquel momento. Todo ese verso de "para mi 'yo' futuro, porque no me tengo que olvidar de este momento, buaaaaa" te lleva a escribir cosas, sacar fotos... en fin. Y luego, despacito, muy de a poquito, vas dejando de hacerlo, porque te vas recuperando. Vas sacando de tu vida las cosas (y personas, sobre todo personas) que no sirven (ni para ellas) y te vas quedando con las que sí. Hasta que un día como hoy, te ponés a "documentar" el hoy (redundancia, meh), cuando ya estuviste rato leyendo y riéndote de lo que escribiste. ¿Yo escribí esto? ¿Yo quería esto? ¿Esto casi fue el fin del mundo para mí? ¿Tanto me dolió esto? Es grato darte cuenta que no estabas equivocado antes de la tormenta. Mas todavía es que de alguna forma, durante la tormenta, seguiste firme en tus ideales, muy a pesar de vos, debo agregar. O sea, de mí, aclaro, que me estoy hablando a mí, no a vos, ocasional intruso y lector de esta bitácora abierta. Hay momentos en que te parece que extrañás a alguien en especial, pero no te engañes, sólo parece. Porque lo que extrañás es la ilusión de amistad que te transmitía esa persona. Digo, si fuera tu amigo de verdad no habría hecho lo que hizo. Pero miralo, ya no está en tu círculo, y ahora ves su "modus operandi" completo. Sin aquello de "no, no lo va a hacer, ¡somos amigos!". Triste, eligen la misma forma de ser que dicen rechazar. Eso tenía un nombre. En fin. Hoy, ahora, en este momento, habiendo ya borrado esas fotos, logs, textos, y habiendo quemado esos papeles (porque ya no los vas a necesitar), cabe la pregunta....
¿QUÉ TENÍA EN LA CABEZA?
¿cómo se me fueron a ocurrir esas bobadas? ¿cómo se me fue a ocurrir que esos amigos eran de verdad? ¿que esa mujer que te gustó era lo que de verdad estabas buscando? ¿que ese trabajo era el esperado, el "soñado"? Todo el entorno, eso que se llama REALIDAD, mostraba otra cosa. No lo quise ver en su momento. Ahora lo veo. Hoy me río. Y armo "defensas" para que no vuelva a pasar. Aunque, si no es esto, será otra cosa. Feliz Lunes.
PD: No, no fue sólo para meter otra entrada en 2019.