La de "Qué Domiiiiiiiiingo!"

Hoy no me despertó el despertador (ya de redundancias, vean de qué va la cosa) sino los martillazos de algún desubicado vecino que se las da de trabajador. Miré la hora y me alarmé cuando vi las 9 de la mañana. Una alarma sonó en mi cabeza y me tiré de la cama, urgido. ¡La gran siete, ya las nueve y yo durmiendo! Peeero, me tranquilicé un poquito cuando vi que no era el día más funesto de la semana, como pensaba, sino domingo. Sí, domingo. Domingo de Turismo, de Pascua, de Ramos, como quieras llamarle, pero domingo al fin. ¿Qué hace un imbécil martillando un domingo a las nueve de la madrugada? ¿En Turismo, o Semana Santa? ¿Por qué no hace algo más productivo, como dormir, o ir a la Iglesia, (y dejar dormir de paso)? No, este imbécil no se dio cuenta que hoy es víspera de Año Nuevo. ¿Qué? ¿No sos uruguayo acaso? Bueno, asumiendo que las visitas que veo en el costado sí leen este descargo, sí señor, o señora, o ... bueno, como quiera que se le llame... el año no empieza en Uruguay hasta mañana. Hoy hay vuelta ciclista todavía, hoy los ciclistas llegan a Montevideo. La vuelta dio lástima este año. Encima la hicieron de tarde los muy grelas y no de mañana como era costumbre, con la llegada a mediodía. El martes llegaron a Salto y la verdad, no fue la gran cosa. Atrás quedaron aquellos años en que ibas corriendo a la plaza a ver el evento que se armaba, como una matinée, toda la tarde hasta la noche. Pero no, hoy es domingo. Hoy había que descansar. Encima el del fondo empezó a poner reggaeton o como se escriba a toda jeta. La gran siete, no se puede vivir. No te dejan vivir. Hoy vamos a comer ñoquis, o gnocci como le dicen los tanos. No quiero salir de la cama. La gran siete. El tipo no para de golpear. Para peor ahora tiene socio, uno está cortando algo. Meta serrucho. Meta martillo. Meta Dady Yankee. En fin. Me voy a levantar. Feliz domingo de lo que sea para ustedes. Y Feliz Año Nuevo Uruguayo.