lunes, 3 de agosto de 2015
La de "Continuar..."
No sé cómo. Pero es hora. Ya no tengo más nada que pedir, nada que reclamar. Si alguna cosa le pedí a Dios fue esto,, y sencillamente ya me contestó. De la nada se dieron las cosas, y cumplió su parte. Me dio lo que le pedí. Es cierto, como somos inconformistas, siempre querremos un poquito más. Pero ya está. Estamos en paz, fue todo lo que le pedí. Y Él cumplió Su parte. Ahora me toca a mí. Aceptar con resignación esta etapa. Incierta por demás, pero aceptarla al fin. Prometí que así sería y por mucho que duela, así la aceptaré. ¿Y sabés qué? Valió la pena. Porque me enseñó más sobre Él y sobre la gente, sobre mí... Aprendí. Vi que tengo mucho que aprender. Tal vez deba confiar más en Él, no tratar de forzar las cosas sino dejar que él a su tiempo maneje los hilos. Él sabe por qué permite las cosas. En toda la estupidez que hice, me escuchó a pesar de todo. Ahora me toca a mí. Inclinar la cabeza, dar media vuelta y caminar en aceptación.
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