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lunes, 17 de mayo de 2010

Parodismo histórico-deportivo I : La Batalla de Las Piedras

"El 18 amaneció sereno...". Así cuenta en parte los hechos acaecidos en aquellos días de 1811 nuestro prócer, el General, Don José Gervasio Artigas. Es que ese gran encuentro entre orientales (con banderas a tres colores) y españoles (bandera blanca con el clásico emblema Borbón, el que actualmente distingue al Real de Madrid) quedaría marcado en la historia. El 17 de mayo había llovido (igual que hoy casi 200 años después),  por lo cual el evento se pasó para el día después. Lugar designado: Las Piedras, actual departamento de Canelones. El arco norte sería el defendido por los artiguistas, más concretamente por Benavídez, quien desde Asencio (donde se dice gritó como loco) y El Colla se había ganado la titularidad en el elenco artiguista. Los dirigidos por Elío se mostraban confiados con su línea de 4, en el apoyo de un contratista de la época (Don Francisco de Casal y Damiani) que les había convencido de aquello de que "técnico que debuta no pierde" y cosas por el estilo, como designar el árbitro "adecuado", en este caso, José Posadas. El arranque del partido fue reñido. La hinchada artiguista desplegó las banderas (en aquel tiempo todavía no se le llamaba "trapos") en los bordes de la cancha y empezaron a alentar, dirigidos por Don Rubén Rada, conocido por sus amigos como "el negro" (antepasado del que conocemos nosotros). De hecho, es el autor de la música del tema "cuando yo me muera no quiero llanto ni pena"... pero la letra original decía algo así como "ay galleguito mirá que distintos somos, vos vas con los miliquitos, nosotros aguantamos solos". Las banderas se agitaban y el salto y aliento de la hinchada se hacían sentir. Tanto así que al minuto 30 del primer tiempo se da lo esperado: Pase en profundidad por la punta izquierda de Rivera para que pique Lavalleja, éste amaga el centro y pasa un taquito magistral al punto penal donde Otorgués se llena el empeine y la manda a guardar. Uno a cero, pesto, paliza y pelota al medio. En eso se ve que Don Francisco de Casal y Damiani se hace presente en el escenario, y llama al árbitro Posadas para decirle algo al oído. Desde ahí se notó un claro favoritismo arbitral para con el equipo realista. Y es que tanto se dio que cuando Benavídez sale del arco para cortar magistralmente una carga del delantero Alcántara de Villegas, en el momento preciso que Benavídez rechaza la pelota (vamos! existían desde el tiempo en que los bandeirantes robaban vacas, ¿no leíste un triste libro de historia?) el árbitro Posadas pita y muestra la amarilla a Benavídez. "¿Qué cobró?" preguntaba Artigas, "Quitada", responde Posadas "tiro libre para los españoles". Eso fue suficiente para que la barra brava se enojara y le dedicara un tema que doscientos años después se le dedicara a Líber Prudente: "¡Posadas! ¡Hijo de p...! ¡La p... que te p..!". O el otro que decía "Que arbitre Elío la p... que lo p...".  El ambiente se seguía caldeando. Un penal no cobrado a favor de los tricolores orientales (Núñez derriba a Blas Basualdo en el área y de atrás) dio lugar a un contragolpe que detiene Artigas en el medio de la cancha, la pelota da en la mano de Lavalleja que volvía y Posadas pita y empieza a correr al área de Nac... de los artiguistas. He aquí el diálogo:
Artigas -"¿Penal?"
Posadas -Sí, penal.
Artigas -Pero si no están en el área.
Posadas- Pero fue mano.
Llega Rivera.
Rivera- Sí, si querés cobrar mano, cobrá, loco, pero no penal.
Llegan dos españoles:
Gallegos - Bueno, bueno, a no impresionar a su señoría el Juez, que él sabe lo que vio.
Llega Lavalleja
Lavalleja - Pero ¿dónde viste un penal en el medio de la cancha?
Gallego - El Sr Juez lo vio y no se discute y olé.
Lavalleja - ¿Olé qué?
Gallego - Y olé, y ya está, que está bien.
Lavalleja- Olé esto vos!

Empieza una trifulca en la cual Lavalleja le asesta un golpe de puño en la nariz a Alcántara, Blas Basualdo aprovecha desquitarse el penal que le hiciera Núñez con una doble plancha voladora con tijera. Se meten todos. La hinchada española rompe el cerco y entra a la cancha. La hinchada artiguista hace lo mismo. Se suceden golpes, corridas, pedradas. Todo esto es relatado vívidamente por Dámaso Antonio Larrañaga y su aprendiz de relator Don Alberto del Queso Imán. El fotógrafo (Juan M. Blanes) se pierde en la gresca. Dicen que lo vieron poniéndole un cuadro de sombrero a un suplente español. El DT Elío y su asesor Don Francisco del Casal y Damiani (¿la hacemos corta y le ponemos "Paco" Casal directamente") huyen haciéndole dedo al sulky que lleva a los lesionados y vuelan para Montevideo. Esa noche ven las escenas por VTV.
Los españoles, al verse solos y abandonados por su DT y su asesor, huyen en su mayoría.  Los que quedan se rinden. Rada dirigía a la hinchada tricolor victoriosa en la canción "los galleguitos / se quieren matar / trajeron más gente / corrieron igual!" Posadas fue acorralado en los baños de la cancha por la hinchada que cantaba: "No se va! Posadas no se va! Posadas no se va! Posadas no se va!" y sólo pudo salir por obra y gracia del General, quien ante el partido inconcluso, a pesar de ir uno a cero en el marcador, declaró que no había "ni vencidos ni vencedores" y proclamó algo raro en aquel entonces, que fue la clemencia para los derrotados en una frase que El Cuarteto de Nos recogería años después en un tema polémico: "¡Whisky para los vencidos!".  La cantidad de piedras empleadas en el combate entre hichadas dio lugar a una gesta victoriosa y tricolor: La batalla de Las Piedras, en la que los bravos tricolores orientales aguantaron una cancha flechada y mostraron que adentro y afuera de la cancha se puede ganar.
Según el parodista deportivo Queso Imán (Después se cambiaría el apellido a algo como Kessman) después del encuentro se dio lugar la siguiente conversación:
--¡Qué partido, loco! Estos godos no aguantan los trapos, bo!.
--No, loco, no aguantan nada.
--¿Viste qué bien jugó el botija nuevo?
--Sí, pero dicen que el Paco anda atrás de la ficha, quiere comprar el pase.
--¡Que lo tiró, este mafioso! Se lleva los mejores gurises y no deja nada, te digo.
-- Debería caerle la DGI y ponerlo en su molde.
--Hablando de molde, como que la cancha nos quedó chica pa tuita la gente, vio?
--Sí, maestro. Es chica. Le voy a comentar al General pa juntarnos en la quinta de la Paraguaya, y ya de paso que vea el predio, a ver si le gusta.
-- ¡Yo digo que clavao, en fija que le gusta!. Flor de estadio nos podemos mandar ahí.
--Yo pienso lo mesmo, compadre. De ahí va a salir algo grande....

2 comentarios:

Juancho dijo...

Nando, ¿qué te tomaste? te está haciendo mal, loco, te está haciendo mal. JA JA JA, buenísima la parodia y no faltó la chanza bolsilluda. Dale para adelante que como cuentista sos mejor programador. JA JA JA.

Anónimo dijo...

NACIONAL NOMAS! GALLINA NO EXISTIS! PEÑAROL GARCÍA, HIJO DEL MORRO, NIETO DE ATILIO.

NACIONAL NACIONAL