Y son esos días que me ponen así. Haciendo una pausa y evaluando cómo va mi vida. Gracias a Dios... bien, muy bien y mejorando. Como que la niebla de la depresión hace tiempo que se disipó, junto con todo aquello que me resultaba tóxico. Parece mentira, cuando la gente tóxica sale de tu vida, todo empieza, muy de a poco a aclararse. En estos momentos es cuando ves tu entorno mucho más claro, y el futuro más promisorio. Es, sin embargo, el momento en que también notás lo que falta. Y faltás vos. Ya sé, no me voy a morir (aunque al principio así se sentís) si no estás. Pero de veras te echo de menos. Muchísimo. Y en estas pobres líneas quisiera decirte: Te extraño, espero estés bien.
PD: Dijera Benedetti "Hoy se me dio por extrañarte, por echar de menos tu presencia".
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