
La explicación es sencilla, no hace muchos años uno era el que hacía enchastres y recibía consejos de los "viejos". Ahora soy yo el que aconseja a la juventud. Comparaba una foto mía con 21 años y ahora otra con 31, y la diferencia es de 10 años, 10 mil canas, y por lo menos 30 kilitos. Una barbaridad. Pero bueno, si vamos al caso, 31 años, casado, sin hijos, no está tan mal. Bueno, sí tenemos dos pequeños, una perra y un gato. Pero es la mitad del viaje recién. Lo que pasa es que uno mira atrás y suele ver el vaso medio vacío, ve lo que no hizo, lo que perdió, lo que pudo ser y no fue... en fin... lo desgastante. La clave está en ponerse metas, proyectos, cosas que le den sabor y sentido a la vida. Por eso es que mi devaneo de hoy no va a ser una interrogante, ni algo negativo. No señor, orgullosamente llevaré en alto estas canas, tomaré del brazo a mi esposa y celebraremos este aniversario, y seguro vendrán muchos más.
Y para cada uno de ellos plantearemos una meta, un proyecto, algo que nos dé sentido de ser, de realizar, pero sin amargarnos por no lograrlo.
¡Claro que sí! Y al final, cuando me pregunten "¿cómo te sentís?" yo voy a contestar lo mismo que Kirk al final de Star Trek 2: ¿Cómo me siento?... JOVEN, ME SIENTO MUY JOVEN.
1 comentario:
Pero si sos un pebete!!!
Felicidades!!!
Publicar un comentario