Hace años veíamos una película en la cual los protagonistas huían de una organización estatal estadounidense que tenía enormes recursos y avanzada tecnología en vigilancia. Uno de los actores (Gene Hackman) explicaba al novato (Will Smith) que dicha organización poseía en los años 70 dos hectáreas de computadoras dedicadas a vigilar las comunicaciones telefónicas. Contaba que si oía las palabras "bomba", "Alá" o "presidente" grababa la conversación y localizaba al receptor y al emisor. Impresionante. Cuando llegó la era satelital, la red Iridium y el misterioso sistema Echelon, hubo una víctima, la privacidad. Un ejemplo es una versión de programa de visualización satelital de juguete, como lo es Google Earth. Se han dicho muchas cosas de este programa, pero lo que es cierto, es que la visualización no es en tiempo real, aún así, si buscamos curiosidades, veremos que Google Earth "cazó" un submarino nuclar chino muy moderno.
Lo pueden ver en el embarcadero, se ve que esta siendo muy usado y hasta provocó un incidente con los japoneses. Pero lo que llenó la nota fue la foto de una mujer haciendo topless en Holanda en la azotea de su casa, sí señora, ahora si desea hacer topless tenga cuidado, pues el satélite de Google puede estar mirándola, y luego, millones de personas en el mundo podremos verla. Ahora, la disyuntiva... si Google Earth, un programa de juguete, tiene esa capacidad... ¿qué podemos decir de las redes de satélites espías militares de avanzada? Ya sé, más vale ni pensar.
Saludos, y hasta la próxima.
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