Qué espectáculo teatral es la vida. Somos protagonistas de la nuestra, extras en la de los demás. Podemos ser héroes o villanos, a propósito o sin quererlo, o simplemente el mozo de la cafetería de fondo que rellena la escena. A veces varias de estas ... no sé cómo llamarlas, pero, digamos, vidas, se me hacen que componen una gran escena. Parece mentira, pero la gente a veces es así de predecible. Así de frívola. Así de idiota ( House dixit). Cada quien actúa de acuerdo con un papel que pareciera les fue asignado previamente. Como marionetitas pendientes de los hilos. Creo que llegar a conocer algunas cosas nos hace ver los hilos. Nos hace ver a quien maneja la escena. O intenta hacerlo al menos. Y nos da la elección: ser controlados o no. Pero no tenemos más remedio que estar en esta escena. La elección que tenemos es seguir el libreto, formar parte de la masa, que se cree dueña de sus acciones pero actúa conforme al libreto, o liberarte, quitarte los hilos, y ser impredecible. Somos unas piezas maravillosas, capaces de programarnos, aprender y reprogramarnos nosotros mismos. Las elecciones son nuestras. Aunque hay veces, que esas elecciones te llevan a un punto neutro. En las series, películas, etc, es cuando un personaje hace pausa y deja de aparecer. Por un tiempo, o indefinidamente. Creo que mi película personal llego a este punto. En las que soy un simple extra... bueno, como que el "mozo de la cafetería" no aparecerá por algún tiempo. Depende de sus respectivos "protagonistas". Tanta cosa para decir lo que ya es obvio. La escena está lista. No todos siguen el libreto, y al "director" le queda menos tiempo del que cree. Pronto alguien que no es el "director" dirá "Acción". Sólo espero estar listo para cuando ocurra. Demasiadas reflexiones para un finde, creo que el sol y el aire fresco me hicieron mal. Buen fin de semana a todos.
PD: Tema elegido: Sin ti no soy nada, de Amaral.
1 comentario:
¿Donde andas, pensador? ¿Te perdiste de nuevo, o te tomaste muy en serio lo de la pausa?
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