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jueves, 15 de octubre de 2009

Adonde vamos...


La verdad no me gusta adonde vamos. Tal vez haya quien piense que soy un mojigato chapado a la antigua, un defensor de causas perdidas, pero el rumbo que hemos tomado tiene un destino que francamente no me gusta.
La causa, uf! mil factores. Propaganda televisiva, programas basura, en los que se toman elementos que deberían entristecer para hacer un circo mediático.
Basta con mirar un poco la televisión de la "vecina orilla", esa que los canales locales se enorgullecen en retransmitir en horario central. Un sólo adjetivo: "Triste". Triste, porque la dignidad humana queda supeditada a cuántos miran el programa. Triste, porque los escrúpulos se hacen a un lado por puntos de rating. Triste, porque se monta un espectáculo cómico de personas que deberían recibir ayuda psiquiátrica. Ah, ¿ya te diste cuenta de quién hablo? Por lo menos tenés idea.
Hay quien cataloga esos programas como entretenimiento inofensivo. Pero el mismo tiene un impacto. Sucedió esta mañana, a la salida del instituto donde trabajo como docente. "Mire esto, profe!" eran las llamadas entusiastas de unos alumnos. ¿Cuál era el "espectáculo"? Una persona en obvio estado alterado estaba lanzando piedras a los transeúntes en una esquina céntrica. No la tengo clara de si fue uno o más quienes recibieron las pedradas, pero sí estoy seguro de lo que vi: se echó en la calle a sollozar, mientras había quienes miraban indiferentes, otros simplemente se reían. ¿Triste? Debí decir indignante. Eché mano al celular, con el fin de llamar a emergencias, pero estaba sin baterías. Le dije a alguien a mi lado "¿Tiene un teléfono?", recibiendo como respuesta la clásica mirada que se le da a un extraño cuando... este le pide el teléfono. ¿Resultado? Me dirigí a quien pude. Dije: "Muchachos, si no van a ayudar, entren. Eso no es para reírse. No tiene gracia".
Obviamente, si continuamos con estos valores, o la falta de los mismos, vamos hacia una tormenta. ¿Cuándo perdimos la noción de lo que es para reír de lo que no? ¿Desde cuándo nos reímos de la pérdida de la dignidad? ¿De quien necesita ayuda? ¿De dónde sacamos esas ideas? No, no es una disyuntiva. Ya sabemos la respuesta. La disyuntiva es : ¿Qué haremos al respecto?

3 comentarios:

Agus.. dijo...

sii...es triste todo eso
triste pero es real...
estoy de acuerdo con lo que escribiste...
ojala que podamos solucionarlo.
Muy bueno el blog!
saludos...chau

Krigus dijo...

muy triste...
es decepcionante
a lo que hemos llegado!
quién diria que ibamos a llegar a tal extremo
Buenaso el blog
cuidate

The Thinker dijo...

Gracias muchachos. Por lo menos sé que no estoy loco por pensar así. O que no soy el único loco que piensa así.

Saludos. Un abrazo