La de "Diario de una Idiotez". La Visita.

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Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente" dice el tema de La Oreja de Van Gogh.  Bueno, no es más alta que yo, pero sí es alta,  no vino vestida de blanco, sino de colores oscuros, no se sentó a mi lado, sino enfrente, pero sí me hizo sonreír. Delia, mi muy querida amiga a quien no veía hace tanto tiempo, me hizo una visita. Como les comenté en otro post, pensé que sería algo como... no sé, más frío. Tenía la idea de que la amistad se habría enfriado con el paso de los años, sin vernos, apenas en contacto. Mientras subía la escalera que lleva a la terminal, pensaba "van a pasar cinco minutos y ya no tendremos tema.". Gracias a Dios me equivoqué. Vi llegar su ómnibus, la vi bajar mirando el suelo. Ni bien levantó la vista me vio y me sonrió. Nos saludamos con un abrazo, mientras empezábamos una conversación que iba a terminar dos horas y media después.  Me sorprendió. Parecía que había dejado de verla, de conversar con ella el día anterior. Los temas fluían con naturalidad. Uno, otro, uno que hacía de spin-off de otro. Su vida, la mía, su trabajo, el mío, nuestras respectivas parejas, mascotas... "¿Cómo llegamos a hablar de mi gato?"... pregunté cuando me di cuenta que estábamos hablando de mi mascota y no recordé por qué... "Ah, por tal cosa..." . Los minutos pasaron. Perdí mi apuesta conmigo mismo. Dos horas y media después, hubo que terminar un desayuno que a mí no me habría importado que se convirtiera en almuerzo. Pero el deber y la realidad llaman, y hubo mucho para postergar. Sólo tengo palabras de agradecimiento, por la visita, y sobre todo porque me demostraste, querida amiga mía, que hay amistades que ni el tiempo ni la distancia pueden desgastar o romper.