La de "El primer día..."

Había olvidado lo bien que se siente. El cierre de un capítulo, asunto, tema, cuestión, como quieras llamarle, de tu vida. Es una sensación si se quiere ambigua, porque tiene un poquito de dulce y amargo. De dulce, porque te das cuenta que todas aquellas dudas y temores que te amenazaban, que estaban ahí, latentes, acechantes, ya no van a estar. La amarga, porque te das cuenta que nuevamente confiaste en quien no debías, revelaste debilidades tuyas y te queda sólo esperar el momento en que las usarán en tu contra. En fin. Nada preocupante, no? Sólo queda rememorar los momentos lindos vividos, y no  olvidar los amargos, porque precisamente de ellos uno aprende y crece. La vida te enseña lecciones duras, a veces dolorosas, pero de las cuales siempre terminas aprendiendo. Por ejemplo, si cuando te están enseñando te dicen "si pasas mucho tiempo en el agua fría te vas a resfriar", obvio, siempre puede haber alguien (idiota, el tiempo lo demuestra) que te va a decir "naaa no es taaan así, podés darte un chapuzón un buen rato que no te va a pasar nada". Listo, allá vas vos y ... resfrío en fija. Bueno, así es con todos los aspectos de la vida. Lamentablemente, a veces los resfríos vienen disfrazados de un dulce chapuzón en agua fría en un día de calor. Moraleja: Cuando alguien bienintencionado te dice algo... ¡hacele caso!. Podés perder un tiempo precioso (dos años y contando en mi caso personal) tratando de averiguarlo por tus propios medios. Vas a aprender que no todo lo que brilla es oro, que no todo familiar te va a contener ni estar para vos cuando lo necesites. Que no todo el que te llama "amigo" es tu amigo. Es probable que tomen la relación en una vía sola. Va a doler, pero aprendés que los cierrres significan dejar fuera de tu vida a personas que creíste querer, o que pensabas que te querían, y no fue así. Al final, vas a aprender y por las malas que el único lugar en el cual estabas seguro, contenido y querido era... aquel que dejaste en un principio. Y el motivo por el que lo dejaste, obvio, esto si seguís siendo una buena persona, es una tontería en realidad. ¿Por qué el "si seguís siendo una buena persona"? Bueno, otra lección de vida. Siempre traté de ver lo bueno en la gente. Pero recientemente también vi que la gente paulatinamente se esmera y mucho en matar lo bueno que hay en ellos. Conscientemente. Tontamente. ¿Por qué motivo? Estoy seguro que es porque no maduraron, un berrinche. Vaya uno a saber. Lo vi en gente de diferentes edades: 50, 40, 30 y tantos. Pero lo que aprendí también es que por doloroso que sea, por mucho que quieras a esa persona, tenés que mirar adelante en TU vida, y dejar que cometan SUS errores. No se puede vivir cargando errores ajenos. Menos errores de gente idiota.  Espero que este nuevo capítulo esté lleno de subtítulos felices, y que las disyuntivas sean más amenas. Espero...